Filmes de Interés Gay

"Un muchacho encara su herencia judía como un héroe de la juventud hitleriana"

En momentos como esto, la "Europa, Europa," de Agnieszka Holland lleva a cabo lo que toda película sobre el Holocausto procura conseguir: Atraer la nueva urgencia al ultraje localizando detalles específicos que trasciende el cliché. Basado en las memorias de Solomon Perel, que sobrevivió la guerra por una cantidad de subterfugios extraños, se ve brevemente ofreciendo una canción de acción de gracias al final de la historia, esta película incluye varios episodios asombrosos que ilustran los acontecimientos extraños que formaron el destino de Sr. Perel y la fuerza llena de su terror y pena.

Solly toma su camino al este y termina en un orfanato soviético, donde su identidad como judío todavía era razonablemente segura. Eminentemente adaptable, él aprende a denunciar a la religión como el opiato de las masas y coexiste con sus compañeros cristianos, a pesar de las obvias relaciones tensas que hay en el ambiente.

Pero cuando el orfanato es bombardeado - marcando otra separación triste, ya que Solly había desarrollado lazos con su hermoso profesor estalinista - Solly se encuentra otra vez a la deriva, y esta vez él termina en manos de los soldados nazis. Ellos lo tratan magníficamente, en parte debido a su utilidad como un traductor ruso y también por a su atractivo físico. Típicamente, cuando la película presenta a un hombre que afirma ser el hijo de Stalin como un preso soviético que Solly interroga, el incidente se torna a una calidad de cuento de hadas indefinida, aunque esto resulte ser una versión única ligeramente modificada de un acontecimiento verdadero.

El hecho que Solly haya sido circuncidado, en la ceremonia judía que es vista en el comienzo de la película, se hace crítico para su supervivencia, ya que esta evidencia física es la única que lo relaciona a su herencia judía. La película presta la considerable atención a sus esfuerzos por evitar ser visto en las duchas, en los baños, y hasta en una situación sexual con una joven alemana (Julie Delpy) que le admira como un héroe alemán. "Si alguna vez agarro a un judío, le cortaré la garganta," le dice ella eventualmente, de una manera descuidada, pero sin arruinar su romance.

Presentado con su copia personal de "Mein Kampf," aprendiendo a nadar en una piscina con fondo decorado con su casco del ejército y llevando su rifle, Solly finalmente se hace un miembro respetado de la Juventud Hitleriana; como tal, él se sienta y lee silenciosamente cómo identificar a los judíos de vista y por qué "el hombre nórdico es la gema de esta tierra." La presión de esta nueva vida eventualmente se hace insoportable, pero la señorita Holland hace lo mejor para representar los aspectos imposibles de las circunstancias externas de Solly que en el sondeo de su confusión interior.